Renacimiento: Introducción y el Quattrocento italiano

Cuando los historiadores hablan del Renacimiento se refieren al periodo comprendido entre el siglo XV en Italia y el siglo XVI en el resto de Europa.

Catedral de la Asunción de la Virgen, Jaén. (Foto De Kordas)

La característica fundamental de este movimiento cultural, al que también podemos llamar Humanismo, radica en una especie de asimilación de los valores, tanto morales como artísticos, de la antigüedad clásica; Grecia y Roma.

Podemos determinar el origen del Renacentismo en un punto geográfico concreto; se trata de Italia, y más particularmente de Florencia.

A principios del siglo XV, podemos considerar a Florencia como el lugar en el que se producen los mayores avances económico/sociales de la época.

El poder económico deja de estar en manos de grandes terratenientes y pasa a manos de asociaciones, muchas veces grupos de familias, que pueden ser consideradas como las primeras organizaciones bancarias.

Estos grupos de familias acaudaladas se convertirán en mecenas de artistas de diversa índole.

A partir de este momento, son ellos los que encargarán la creación de las diferentes obras de arte, y los artistas, siguiendo el principio del nuevo movimiento cultural renacentista, se descubrirán a sí mismos con la importancia que desde entonces han merecido.

El Arte pasa a ser la más grande expresión del hombre, gracias a su persistente ansia por alcanzar la perfección absoluta.

Es por esto que en arquitectura, quizá más que en cualquier otra manifestación artística de la época, podemos apreciar la consecución de los tres principios fundamentales del arte del Renacimiento; el orden, la media y la proporción.

Tal y como hemos adelantado, otra de las particularidades de este movimiento es el entusiasmo por lo antiguo. Pero más que imitar, lo que se pretende es reinterpretar las fuentes clásicas para lograr alcanzar el summum de belleza que caracterizaba a sus obras.

Etapas del Renacimiento

Palacio de Carlos V (Foto De Ra-smit )

Este periodo tiene dos etapas claramente diferenciadas: lo que comúnmente se conoce como “Quattrocento” y “Cinquecento”.

El “Quattrocento”, que evidentemente en castellano significa cuatrocientos, corresponde al periodo comprendido aproximadamente entre los años 1400 y 1480, con epicentro en Florencia, mientras que el “Cinquecento” hace referencia a los años que van del 1480 al 1520, con centro en Roma y que posteriormente se extendió por toda Europa.

La arquitectura religiosa del Renacimiento en España

Una de las particularidades de la arquitectura religiosa renacentista es la disposición de las plantas de forma centralizada, de cruz griega y basilicales. Para este fin, lo que se estilaba era la colocación de los techos en forma de cúpula tan característicos de este periodo.

La arquitectura civil del Renacimiento en España

Este tipo de arquitectura es la que experimentó el mayor impulso, y su particularidad más reseñable es la construcción de los edificios alrededor de un patio, como el palacio de Carlos V, en Granada

Arquitectura Del “Quattrocento”

La arquitectura del “Quattrocento” se desarrolla principalmente en tres lugares; Florencia, Venecia y la región de Lombardía.

Florencia simboliza la cuna de la arquitectura del Renacimiento. Es, en esta ciudad, donde se dejan ver por primera vez este tipo de obras arquitectónicas, basadas principalmente en una nueva forma de entender la perspectiva y en la inspiración en la antigüedad,.

En este periodo empiezan a realizarse planos estrictamente detallados de las construcciones con el objetivo de permitir saber a ciencia cierta el resultado final.

Esto permitía a los arquitectos una bien merecida libertad para dedicarse a varios proyectos a la vez, y de aquí, su muy prolífica labor.

Esta nueva forma de entender la construcción permitió también separar la estructura de la ornamentación. Ya no era necesario hacerlo todo de golpe; el arquitecto podía dejar la construcción de la estructura en manos de otros, y una vez acabada, dedicarse tranquilamente a su decoración para dar el toque distintivo que le caracterizaba.

Catedral de Santa Maria del Fiore (Florencia) (Foto De Bruce Stokes on Flickr)

Filippo Brunelleschi es considerado el primer arquitecto de este período. Éste, gracias a su introducción de los métodos científicos por primera vez en el arte arquitectónico, ganó un concurso junto a Lorenzo Ghiberti, organizado tras el fallecimiento de Arnolfo di Cambio, para terminar la cúpula de la catedral de Santa Maria del Fiore, que suponía todo un reto para la época.

Santa Maria de Fiore, aunque muchos la pueden considerar un edificio gótico, en realidad es la primera construcción renacentista. El motivo es que se trata de una catedral cuyo arquitecto es considerado el único responsable de la obra, independientemente de los que formaron parte de su construcción.

Otra de las arquitecturas que merece una especial atención son los Palacios Florentinos. Un ejemplo podría ser el Palacio Rucellai, que construyó Leon Battista Alberti, otro de los grandes arquitectos del quattrocento.

Cartuja de Pavia. (Foto De Geobia)

La arquitectura del quattrocento se va a desarrollar más allá de Florencia, y tenemos buenos ejemplos también en ciudades como Venecia. Principalmente de la mano de Pietro Lombardo.
Una de las obras que más destaca de este ilustre arquitecto es la iglesia de Santa María de los Milagros.

El “Quattrocento” no se queda aquí, si miramos al norte, más concretamente hacia la región de Lombardía, podemos apreciar una de las construcciones más relevantes de este periodo. Se trata de la Cartuja de Pavia, que fue acabada como obra renacentista, sobre todo, por Giovanni Antonio Amadeo.