El Arte Románico I

San Martiño de Mondoñedo (Foz)

Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, y coincidiendo con la expansión del feudalismo, las cruzadas y el movimiento de peregrinación hacia las iglesias, nace el Arte Románico, nombre dado por historiadores del Siglo XIX por su similitud con el Arte Romano.

Esta época, que se extendió desde finales del Siglo X hasta la llegada del Gótico en el XIII, se divide, a su vez, en tres periodos.

Primer Románico o Románico Lombardo
Segundo Románico o Románico Pleno
Tercer Románico o Tardorrománico

Ermita de la Anunciada

Románico Lombardo

Este estilo arquitectónico nació en la región de Lombardía, al norte de Italia, a manos de los Magistri Comacini (Maestros de Como), los talleres de constructores de la zona, y se extendió por otros países europeos como Suiza, Alemania y sobre todo el sur de Francia y norte de España.

Características de la arquitectura del primer Románico:
– Empleo, para la construcción de los muros, del sillarejo (piedra más pequeña que el sillar, con piedra escuadrada, pero no pulida, que no llega a cubrir todo el espesor del muro)
– Las naves amplían su tamaño tanto en anchura como en altura.
– Torres muy características con numerosos pisos escalonados.
– Ábsides semicirculares.
– Empleo del arco de medio punto y predominio de las bóvedas de cañón
– Utilización de pilares y pilastras, pero no de columnas.
– Interiores recubiertos con pinturas murales.
– Decoración mural a base de barquillos y lesenas (fajas o bandas verticales estrechas, realizadas en bajorrelieve sobre un muro, interior o exterior que no tienen ni función sustentante ni, generalmente, basa ni capitel).

San Jaime de Frontañán

En España la arquitectura del primer románico se desarrolló principalmente en Cataluña y Aragón, el Monasterio de San Jaime de Frontañán en la provincia de Barcelona constituye un magnífico ejemplo, pero también llegó hasta Castilla o Galicia, dónde destacamos la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciada, en Urueña (Valladolid) o la Basílica de San Martín de Mondoñedo en Foz (Lugo), que, además, está considerada la Catedral más antigua de España.